Gracias a la práctica del deporte número uno de nuestros tiempos: “canalear”, que es el arte de pasar canales a través de la parrilla de la televisión por suscripción, he podido horrorizarme con varios programas en los que las mamás y los papás llevan a niñas pequeñas a participar de concursos de belleza donde las disfrazan de adultas. Lo peor es que cuando salgo a la calle (y no solo pasa en mi ciudad Medellín), me encuentro con “adulticas disfrazadas”. “Maduradas biches”, diría mi mamá.
Lo trágico de esta situación va mucho más allá de santiguarse por mojigatería, quiero hablar del imaginario que están teniendo nuestras niñas respecto a la feminidad y de una forma muy especial de las niñas y las Ciencias, a propósito del Día Internacional...