Los ciudadanos, los contribuyentes, no tienen un día de tregua en Colombia: se ahondan las denuncias y la gravedad del caso Odebrecht. En La Guajira no se detienen las componendas para saquear el erario. En Medellín la Contraloría denuncia que un lote en la Central Mayorista se vendió por menos de lo que le costó al Municipio y que en la operación, de acuerdo con el avalúo del predio, habría un daño fiscal de $10.981 millones.
Se trata de una sinvergüencería campante y delirante. Alcaldes empapelados por asignar obras a dedo. Candidatos presidenciales, ministros y exministros protagonistas de supuestas recepciones de dinero por fuera de campañas y despachos. Y para completar, una justicia que se percibe inoperante, paquidérmica, cuya estructura...