Por William Burns y Jake Sullivanredaccion@elcolombiano.com.co
Como los dos negociadores que iniciaron los diálogos secretos que resultaron en el acuerdo nuclear de Irán de 2015, estamos íntimamente familiarizados con las fortalezas del acuerdo, sus imperfecciones inevitables y el reto más amplio que posa Irán.
En un mundo ideal, habríamos borrado los conocimientos de Irán sobre el ciclo del combustible nuclear, eliminado su arsenal de misiles, detenido su peligroso uso de proxies en toda la región y la habríamos transformado en una potencia regional menos perjudicial.
Pero no vivimos en un mundo ideal. La diplomacia requiere de compromisos difíciles. Y el acuerdo nuclear logró la mejor de las alternativas disponibles. Elimina los caminos de Irán...