Por Yesenia Palacio
Universidad de Antioquia
Facultad de Periodismo, 2° semestre
yesepalacio0529@gmail.com
Emilio Tapia, Guido Nule, Mauricio Galofre, son algunos de los nombres de la larga lista de implicados por el Carrusel de la contratación, un escándalo de megacorrupción que desfalcó a la ciudad de Bogotá, el cual está calculado en 2,2 billones de pesos. Sin embargo, el 80 % de los encarcelados, incluidos los mencionados anteriormente, ya están libres, como Pedro por su casa. Lo que nos hace cuestionar ¿qué tan severa es la ley para los corruptos que tanto daño le hacen al país?
Si bien organismos como la Procuraduría se han mostrado en desacuerdo con estas decisiones, las mismas están amparadas con las leyes actuales, lo que hace reflexionar que es necesaria una reforma a la justicia que incluya cambios a la forma de juzgarlos. A estos personajes que le dan casa por cárcel van a pagar su condena en lujosas propiedades construidas con dineros obtenidos de forma ilícita; y lo peor, sin que hayan terminado de reparar económicamente a sus víctimas. Para acabar estas insólitas situaciones se debe prohibir la casa por cárcel a los corruptos, punto que estaba incluido en la consulta anticorrupción, y mejorar el precario sistema penitenciario, donde mientras unos condenados descansan en sus mansiones, otros no tienen espacio ni para dormir.
Este tema no es nuevo en nuestro país, el caso Interbolsa es un claro ejemplo, evidencia de que algo está fallando en la rama judicial. Es indignante que muchos de los señalados por corrupción salgan libres por vencimiento de término, culpa de la excesiva carga laboral de los jueces del país, aun así, los procesos por corrupción deben ser atendidos con prioridad porque el daño político, social y moral es profundo. Los beneficios recibidos son recompensas por colaborar con la justicia, si bien es necesaria esta información para poder tener un mapa completo de cómo opera la corrupción y encontrar a más implicados, se hace necesario afinar los instrumentos de investigación para no depender de estos.
Lo más importante es entender que si bien estas personas no representan un peligro para la sociedad porque no han matado a nadie, muchos de los problemas actuales se despliegan de sus delitos ¿Cuántas personas han muerto en un sistema de salud sin recursos? ¿Cuántos niños dejaron de estudiar por no tener un colegio cerca? ¿Cuánto tiempo más tendrá que esperar Bogotá para tener un sistema de transporte decente?.
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