Me he equivocado muchas veces en mi vida, unas en materia leve, otras en materia grave y una en materia gravísima. En materia leve, porque es corregible, el error cometido en mi artículo del jueves anterior en el que hablé de los 37 años de la toma del Palacio de Justicia cuando en realidad eran 32. Error de las matemáticas más elementales, con este comentario corrijo y prometo no volverlo a cometer.
El error, ese sí gravísimo, fue el de haber acompañado a Santos (todavía no había aparecido la señora que lo bautizó Juanpa en la campaña del 2014) en la primera campaña del 2010, cuando nos engañó a todos diciendo públicamente, esa sí verdad, que el gobierno de Uribe era el mejor de toda la historia colombiana pero con la gran mentira de que seguiría...