Por EVELIN MONTOYA
Decir que los jóvenes son el futuro o el presente, políticamente hablando, solo es un discurso bonito que alguien se inventó. A los personajes que en sus intervenciones hablan de los jóvenes como la esperanza del cambio, les hace falta imaginación y memoria.
Si bien el incremento de la participación de los jóvenes en temas públicos es una estadística alentadora, y que además de este incremento de participación, algunos movimientos liderados por jóvenes han propiciado cambios, es un acto irresponsable idealizar un panorama bonito construido por los jóvenes.
En el pasado, los jóvenes también fueron el presente y el futuro, fueron la esperanza de cambiar al mundo como se conocía y hacer que todo fuera paz, justicia e igualdad. ¿Y...