El primer problema de un gobernante serio es priorizar. Lastimosamente para muchos políticos eso es una contradicción, pues priorizar es perder votos cuando le dices a unos que primero van otros. ¿Y qué decir cuando un gobernante inicia su tarea y encuentra que no importa dónde ponga el dedo, sale pus?
El gobierno anterior ha sido el peor de nuestra historia republicana. Tanto, que tenemos la ingenua ilusión que los gremios, empresarios e instituciones que lo defendieron y se aliaron con él, mínimamente tengan las que sabemos para decir “públicamente” que se equivocaron.
Ese gobierno hizo tantos daños y de naturaleza tan grave que no me imagino cómo el nuevo va a priorizar cuando todo resulta urgente y tremendamente deteriorado y además sin plata...