Por Harry Litman
La revelación del martes de que el presidente había ordenado a su abogado de la Casa Blanca que procesara a Hillary Clinton y James Comey ilustra la fragilidad de las normas políticas supuestamente fundamentales en la era de Trump.
La historia provocó un nuevo nivel de aturdimiento indignado entre los críticos de Trump, incluso aquellos que ya habían reaccionado a los ataques semanales del presidente contra el estado de derecho. Los exfuncionarios del Departamento de Justicia en particular respondieron con variantes de “Debe estar bromeando”. Pero otros afirmaron que la idea, que fue rechazada por Don McGahn, el abogado de la Casa Blanca, muestra que el sistema está funcionando.
De hecho, Trump fue extremadamente serio, y esta...