Hay personas antagónicas que, pese a todo, están condenadas a entenderse. Porque aunque el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apoyó a la candidata equivocada en las elecciones presidenciales francesas, la nacionalista eurofóbica Marine Le Pen, tendrá que despachar con el centrista eurofórico Emmanuel Macron. El único nexo en común entre ambos mandatarios es su nula experiencia política. De hecho, el movimiento que ha respaldado la candidatura de Macron –¡En Marche!, respondiendo a sus iniciales– acaba de cumplir solo un año y tendrá que trabajar muy duro para lograr los suficientes diputados en las legislativas que están al caer si no quiere gobernar en constante negociación con otras fuerzas políticas. Las presidenciales francesas...