No terminó bien el año pasado, con Santos y su equipo aliados con las Farc para desconocer el resultado del plebiscito y hacerle trampa a la democracia, y la Corte Constitucional y una magistrada del Consejo de Estado polítiqueando de manera burda y descarada a través de sus providencias, no solo para avalar el asalto sino para tratar de deslegitimar la victoria del No.
Muy mal andan las instituciones cuando se desconoce la voz soberana del pueblo expresada en el plebiscito, todo el poder se concentra en cabeza del presidente, la rama legislativa y la judicial pierden su independencia y se subordinan al ejecutivo, colapsa el sistema de frenos y contrapesos, y a los jueces no les importa desconocer sin más sus propias y previas decisiones. La...