Ahora que Juan Manuel Santos propone “desescalar el lenguaje” y sugiere que dejemos la “violencia verbal” contra los integrantes de las Farc, porque para él ya no está bien que los llamemos “bandidos, narcotraficantes, terroristas”, que es lo que han sido por años, me pregunto si deberíamos hacerle caso o no para mejorar, supuestamente, las cosas en la mesa de diálogo. Mal estaría si les dijéramos “hijueputas”, “malparidos” o “gonorreas”, con el perdón de los gonococos, y con el perdón de los lectores porque sé cómo suenan estas palabras.
Pero llamar las cosas por su nombre no me parece mal y en estos casos los eufemismos no llegan a buen término, al contrario, cuando se trata de edulcorar el lenguaje para que aquellos que se han hecho merecedores...