Por JOSEPH HEITHAUSredaccion@elcolombiano.com.co
“Es catastrófico. Realmente no hay palabras.”
Leí esa declaración del sheriff del condado de Broward, Scott Israel, la mañana después del miércoles de ceniza - y el día de San Valentín, en una pantalla de computador a más de mil millas de distancia de Parkland, Florida, en una casa alquilada en una ladera en Costa Rica. Ese día, mi hija de 19 años llegó de una escuela cuáquera donde está pasando un año intermedio, y antes de que ella o yo hubiéramos leído la terrible noticia, me dijo: “Ah, casi se me olvida. El presidente de Costa Rica visitó la escuela hoy. Fue después de Reunión”.
Los miércoles en la mañana, la escuela se reúne en silencio por 45 minutos. Es una reunión abierta, así que hay viejos...