Dolor y miedo sentí el pasado viernes 6 durante la conmemoración (¿celebración para algunos?) del ataque del grupo terrorista M-19 al Palacio de Justicia. Durante estas tristes reminiscencias hubo condenas a granel para el Ejército y al Gobierno de ese entonces y, paralelamente, SOLO hubo dos o tres menciones sobre la culpa de los amotinados. Hechos que revelan las simpatías o perdones y también, las antipatías y hostilidades de los presentes hacia determinados grupos de la contienda. Es normal que todavía exista sufrimiento entre quienes perdieron algún familiar, pero sí esperaba un poco más de objetividad por parte del presidente. Por eso digo que sentí dolor de patria y hago un SOS por nuestro Ejército, cuyos integrantes no son ángeles, pero...