Tres datos duros: 1. Sí, siguen perdidos 1.475 niños inmigrantes, y el gobierno de Estados Unidos no sabe dónde están; 2. La administración del presidente Donald Trump ha separado a cientos de niños de sus padres, luego de cruzar ilegalmente la frontera; 3. La culpa de todo esto es de Trump. Él podría parar esta cruel política de inmediato. Pero no quiere.
Si los niños perdidos y separados de sus padres fueran estadounidenses, esto sería un escándalo a nivel nacional y una prioridad para el gobierno de Trump. Pero como se trata de niños latinoamericanos que entraron a Estados Unidos sin visa o documentos legales, los funcionarios trumpistas le han tratado de restar importancia.
Los 1.475 niños perdidos son, en su mayoría, de Guatemala, El Salvador...