No se puede saber con certeza cuánto contribuirá la propuesta de reforma tributaria a reducir el faltante de recursos que puede ser cercano a $30 billones, incluyendo el gasto previsto para el posconflicto que no va a desaparecer. Lo que se ha planeado para el posconflicto debe llevarse a cabo independiente de que se postergue o se abandone la idea de la paz y debe ser un gasto prioritario. Varias regiones del país que tradicionalmente han sido descuidadas por el Estado requieren soluciones, no pueden posponerse. Hacerlo sería renunciar a la paz y a algo que el Gobierno puede hacer sin tener que estar acorralado contra las cuerdas por la oposición, que ya aspira a meterse en todo.
Estos imperativos de política social y de la política le añaden...