PorDiego GómezUniversidad de AntioquiaLicenciatura en Ciencias Sociales, tercer semestredilegomez2@gmail.com
Hace poco caminaba con mi compañera por la ciclorruta que, a esa hora, estaba vacía e iluminada. Amparados por la luz nos sentimos seguros. De repente, una campana de bicicleta y una mirada frenética: un extranjero manoteaba, enojado, porque no ocupábamos el espacio peatonal.
Horas antes, en cine, se sentó a mi lado un caballero elegante que, a manera de solución a la trama de la película, exclamó: “¡Matémoslos a todos!”. Esa fue su sentencia ante la devastación de las selvas colombianas, a manos de los humanos.
Terminada la noche, encendí mi computador y, de repente, Facebook se me presentó con reportes de inseguridad y un ramillete de...