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A raíz de la polémica generada por Parques del Río, me ha llamado la atención que en algunos habitantes de la ciudad la crítica se ha limitado a un porque sí o un porque no, sin una argumentación real de fondo frente al proyecto y concentrados más bien en lo que suceda hoy derivado de las incomodidades de la construcción. En un año electoral, algunos tratan de ver el punto negro en la pared blanca y es una lástima que se caiga en estos escenarios en una ciudad que se ha caracterizado a través de los años por su civismo y sentido de pertenencia. No hay que olvidar que muchas de las grandes obras que hoy nos hacen referentes mundiales y nos llenan de orgullo, en su momento, también produjeron algún tipo de traumatismo.
El metro, los metrocables, EPM, la U. de A., el Parque Arví, el Museo Botero, el Parque Explora, entre muchas otras, generaron, como es apenas lógico para obras de tal magnitud, afectaciones temporales de movilidad, o perjuicios menores en sus vecindarios, pero todo en función del beneficio general. Hoy día, nadie se atreve a cuestionar los beneficios de estas obras que nos hacen brillar como ciudad en el mundo. Nos hemos adaptado a los cambios con rapidez, y hoy somos admirados, en el ámbito internacional, por nuestros grandes avances. No en vano Medellín fue reconocida como una de las ciudades más resilientes en el mundo. Debemos acostumbrarnos a otro tipo de desarrollo, lo cual implica hablar de obras de largo plazo y de grandes dimensiones como lo fueron en su momento el Metro, la Avenida Oriental, la Regional y hoy día los Parques del Río y el Jardín Circunvalar.
Parques del Río no es un túnel para los carros, es un proyecto estructurante del desarrollo de la ciudad, ya que busca integrar, el oriente de la ciudad con el occidente, pero también el centro y nuestro distrito de innovación. Pero lo más importante es que nos devolverá a todos el río Medellín y el espacio perdido debido al incremento descomunal y caótico del parque automotor en la ciudad. La OMS y ONU Hábitat recomiendan mínimo 15 m² de espacio público por habitante y Medellín hoy cuenta con 3 m² y el nuevo POT pretende llevar esta cifra a 7, 2 m² en un plazo de 12 años y Parques del Río será uno de los principales contribuyentes a este aumento del espacio público.
Llama la atención ver cómo algunos critican al alcalde cuando está cumpliendo con una obra que fue eje de su plan de gobierno y refrendada por los ciudadanos en las urnas. Una administración histórica que entregará a todos sus ciudadanos más de 500 obras nuevas en estos 4 años. Un gobierno que, sin temores, se decidió por obras potentes que con toda seguridad van a generar un gran desarrollo a la ciudad. Obras que se dan en los escenarios de una alta eficiencia y decidida transparencia. Un alcalde que, no privilegia intereses personales o políticos, y decidió gobernar por encima de las encuestas y los favoritismos, siempre en pos del desarrollo de los habitantes. Consciente, eso sí, de los problemas temporales que pudiera acarrear una decisión pero seguro también de estar haciendo lo correcto para el beneficio de todos.
En otras ciudades se critica porque roban los presupuestos, en algunas porque las obras no se ven y en Medellín la crítica es, vaya paradoja, porque se hacen con decencia, planificación y las obras se ven en toda la ciudad.
Pareciera que un sector de la ciudad se negara a entender que ser viables como ciudad, implica entender y asumir que el planeta y las ciudades necesitan pulmones verdes para sobrevivir; aún a costa de la comodidad personal de unos pocos. Parques del Río es eso: una inmensa mancha verde en mitad de la ciudad puesta ahí para el disfrute y el bien de todos.
*Director Ejecutivo Ruta N.
