“Nuestra ciudad hace lo mismo con los hombres y con el dinero. Tiene hombres honrados y de valía. Tiene también monedas de oro y plata pura, ¡pero no las usamos! Circulan las de cobre y baja ley. Lo mismo pasa con los hombres de vida intachable y buena fama, que son arrumbados por los de latón”. De la comedia “Las Ranas” de Aristófanes.
Es un logro de la democracia poder expresar nuestras opiniones abiertamente. Como señaló magistralmente George Friedman hace pocos días, ello puede considerarse como un “bien público”. Pero una de las amenazas a la viabilidad de los bienes públicos es que algunos consideran lo público como el espacio para comportarse como en lo privado no se permite, el sitio para deshacerse de sus inmundicias, pero escondidos...