En su discurso de apertura de la Legislatura el pasado 20 de julio, el presidente Santos dijo lo siguiente: “Los que critican el Congreso dicen que aquí predominan los intereses de los terratenientes sobre los de los campesinos. Yo los invito -los reto, amablemente- a que demuestren que el Congreso y el Gobierno somos capaces de hacer una reforma agraria que de verdad favorezca a quienes más la necesitan”.
Esta frase, que entraña un inmenso compromiso político, hay que saludarla con entusiasmo. Y ojalá no se vaya a quedar como una mera promesa. Sería una frustración de inmensas proporciones si no se ejecuta lo que allí ha quedado planteado.
Durante los primeros tres años de la administración Santos se dieron pasos rotundos en la dirección de...