En la cultura maya los puntos cardinales no son cuatro, sino cinco. Y ese quinto, que nosotros no mencionamos, es el más importante: Oriente, Occidente, Norte, Sur... y Centro. Es decir, donde estamos parados, donde nos situamos para poder orientarnos.
“Se non e vero, e ben trovato”, me dijo alguna vez mi tío, el padre Nicanor, cuando se lo comenté. “Porque -añadió- si no sabemos dónde estamos parados, vamos a estar desorientados en todo momento”.
Lo recordé ahora cuando, echando otra vez palique con el viejo cura, me atreví a preguntarle, ya a unos días de la visita del Papa, si para él la Iglesia, el Papa Francisco en concreto, estaba ubicado en la izquierda, en la derecha o en el centro.
-“Retro, sátana”. No me tientes, sobrino. Bien sabes que...