A pocas semanas de terminarse el año 1492, Michele da Cuneo, hombre de confianza de Cristóbal Colón, describió de la siguiente manera el rapto de una nativa del archipiélago antillano que pasó a hacer parte de las distracciones de su entrepierna: “Mientras estaba en la barca, hice cautiva a una hermosísima mujer caribe, que el susodicho Almirante me regaló, y después que la hube llevado a mi camarote, y estando ella desnuda según es su costumbre, sentí deseos de holgar con ella. Quise cumplir mi deseo pero ella no lo consintió y me dio tal trato con sus uñas que hubiera preferido no haber empezado nunca. Pero al ver esto (y para contártelo todo hasta el final), tomé una cuerda y le di de azotes, después de los cuales echó grandes gritos, tales...