Con tantos hechos nacionales e internacionales que mantienen el interés, más de una noticia pasa de largo sin que muchos se enteren.
En un laboratorio de la Universidad Yale en New Haven, científicos retiraron el cerebro de un cerdo y cuatro horas después... lo revivieron. Un real regreso de la muerte, pero...
Sí, lo revivieron, al menos parcialmente. Le inyectaron una infusión de oxígeno y nutrientes, con la cual el cerebro recuperó algunas funciones, como metabolizar azúcares para proveerse energía y fabricar proteínas.
¿Recuperó la conciencia? No, los investigadores usaron bloqueadores para que las neuronas no se activaran y nunca observaron actividad que pudiera sugerir que estuviera consciente. Si se puede hacer que vuelva a estar consciente, no se sabe, pero hay señales de que es factible: cortaron pedazos del cerebro y les aplicaron estímulos eléctricos, notando que las neuronas tenían todavía la capacidad de activarse.
El año pasado, científicos de la Universidad de California en San Diego cultivaron minicerebros humanos en laboratorio y lograron la producción de ondas cerebrales, algo que sugiere que en el caso de los cerdos sí podría devolverse el estado de conciencia.
Avanza tanto la ciencia que casi siempre sus logros generan inquietudes éticas. Está el caso del año pasado y el chino que ensayó la modificación de embriones humanos mediante la esperanzadora técnica de las tijeras genéticas (CRISPR-Cas9), que permitiría crear bebés a la carta aunque es promisoria para acabar muchas enfermedades.
En el caso de los científicos de Yale, las dudas también aparecen. ¿Es ético crear conciencia en algo que no es un animal sino un cerebro? ¿Un cerebro así, tiene derechos? ¿Habrá que cambiar la definición de conciencia?
Si ese cerebro adquiriera conciencia, ¿qué tipo sería? Su ambiente no sería el natural, acompañado de otros órganos sino como un ente diferente a lo que existe en la naturaleza.
Pero el avance lleva a plantearse si el daño cerebral y la muerte son permanentes. A diferencia de lo observado hasta hoy, el experimento con los cerdos refuerza lo que otros ya habían sugerido: así falte oxígeno por determinado tiempo, las células pueden recuperar funciones.
¿Qué pasa entonces en el caso de trasplantes de órganos si se extiende la vida del cerebro?
No es ciencia ficción. Está sucediendo hoy. Avances que llevarán a repensar lo que es la vida y la misma condición humana. Tarde que temprano.
Maullido: en el PND están metiendo hasta clases de cocina.