Hay que decirlo con total claridad. El Papa Francisco está protegiendo a sus sacerdotes pederastas y no a las víctimas de abuso sexual.
Si de verdad quisiera terminar con escándalos, como el descubierto recientemente en Pennsylvania, debería dar toda la información que tiene a la policía e identificar y entregar a los criminales a las autoridades. Pero el Papa no quiere. Es la ley del silencio.
Los archivos del Vaticano están llenos de casos de abuso sexual. Pero son archivos secretos. Solo el Papa tiene la llave y no la quiere entregar. Ahí estaban, seguramente, muchos de los casos de abuso sexual cometidos por más de 300 sacerdotes en Pennsylvania y que dio a conocer hace unos días un gran jurado. Más de mil víctimas, sobre todo niños, fueron...