Por JOHN R. BOLTON
Si alguien hubiera creído el mantra del presidente Barack Obama, que dice que “todas las opciones están sobre la mesa”, para manejar el programa de armas nucleares de Irán, el acuerdo de Viena tal vez habría resultado menos ventajoso para Teherán. Pero nadie tomó la amenaza de fuerza militar de Obama seriamente, una brecha en credibilidad a la que Israel aún teme y que Irán explota. Aún así, el vicepresidente Joe Biden sigue tratando de asegurarles a los demócratas nerviosos en el Congreso que el acuerdo de Viena no excluye el uso de fuerza americana.
A pesar de su confianza displicente en el acuerdo, sin embargo, la administración Obama entiende la cuasiseguridad de que Irán incumplirá su palabra. Las potenciales violaciones...