La corriente principal en la política y el manejo mediático en el llamado mundo libre está caracterizándose por la oposición a la realidad y a la voluntad general notoria. Un conocido teleperiodista dictamina desde Bogotá que la economía colombiana va cuesta arriba sin amenazas de crisis, cuando las cifras muestran por lo menos señales de alerta. Santos invita a Trump a un país en paz y sin narcotráfico, a un jardín sonriente. Los datos sobre víctimas del conflicto, por ejemplo, se acomodan a las conveniencias ocasionales. Háblese de posverdad, de mentira y manipulación, el criterio ético de veracidad está en suspenso.
Los politólogos hablan del mainstream político y mediático para referirse a la corriente dominante. Sí que tenemos ejemplos...