Por ADRIANA M. CARDONA
Es triste reconocer que nuestro país vive una guerra de palabras en la que no hay vencedores ni vencidos. Insultos, amenazas y asuntos personales hacen que se pierda el buen hacer de políticos y comunicadores.
El abuso de la comunicación ha ocasionado que no se investigue , analice o interprete; por el contrario, llevan de una manera irresponsable al límite la noticia, dejando entrever sus emociones, debilidades y falencias.
Y que el Estado, que es el principal garante del buen ejemplo ha perdido sus coordenadas de una buena gobernabilidad; donde la sociedad civil colombiana vive tiempos de no auténtica democracia. Las leyes en Colombia encarnan el poder del más fuerte y así lo dejan entrever los despachos judiciales.
Qué...