PorValentina Vogt AlbisserUniversidad Pontificia BolivarianaComunicación Social y Periodismo, sexto semestre valentinavogt22@gmail.com
Los colombianos no tenemos derecho a indignarnos con lo que está pasando en la frontera, tenemos la obligación. Y, ¿cómo no? Si vivimos en un país donde la queja está en todas las conversaciones.
Nos quejamos del gobierno de turno, del pésimo estado de las carreteras, del precio de la gasolina. El maltrato a los colombianos en Venezuela, entonces, tiene que ser motivo suficiente para indignarnos con mayor firmeza.
Estamos siendo objeto de la locura de alguien que se subió al poder para convertir a su país en un circo y que, además, usa a sus compatriotas para que participen en el show que él mismo dirige. Somos...