Amable lector. Le pedí que esperara un poco, respondió que sí. Mientras deja de llover le voy a contar un cuento: Había una vez un mandatario, de noble cuna que desde niño lo tuvo todo y como ocurre casi siempre, se volvió caprichoso, intransigente y dominante.
Sus más cercanos colaboradores pronto aprendieron a decirle solo lo que quería oír. Al iniciar su reinado, muchos esperaban que obraría con equidad, prudencia y buen criterio.
El tiempo corrió y los súbditos perdieron la ilusión, al darse cuenta de que su mayor interés, era ganarse la confianza de los gobernantes foráneos sin importarle que algunos oprimieran al pueblo. A su manera, él hacía lo mismo.
Desde afuera recibía toda clase de distinciones, honores y trofeos. Y con frecuencia, en...