El escalamiento de los ataques de las Farc en las últimas semanas, que dejó múltiples muertos y a miles de colombianos humildes sin luz ni agua potable, además del imperdonable derramamiento de petróleo en ríos, dió a los narcotraficantes un excelente resultado.
La respuesta del Presidente a más de 65 actos de terror cometidos por las Farc en 54 días, ha sido comprometerse a un “desescalamiento”, o sea a una tregua, de cuatro meses. Así, a partir del 20 de julio habrá un cese al fuego bilateral, algo que Santos había prometido no aceptar antes de que se firmara la paz.
Esto va a ratificar lo que el país ya sabe: que a Santos no se le puede creer. Algo que en estos días se ha hecho aún más contundente al oír y leer las abundantes entrevistas...