Recuerdo haber leído que un soldado europeo, en una de las guerra mundiales, leía los poetas latinos en la trinchera. No sé si era un gesto de heroísmo o cobardía. Pues algo parecido me ha ocurrido (y tampoco descubro cuál es el sentimiento exacto que me motiva) cuando tras los anuncios del jueves sobre los acuerdos para el fin del conflicto en Colombia, he desarchivado un poema del poeta latino Tibulo (54-14 a. C.) titulado como esta columna: “Elegía contra la guerra”, que creo haber compartido con mis lectores en alguna otra ocasión.
Pido perdón por enredar mi reflexión con latines que ya no entienden ni los curas, pero no deja de ser un consuelo, o una curiosidad al menos, volver a saborear fugazmente la lengua de Lacio. Van en cursiva algunos...