Querido Gabriel,
Diciembre se ha vuelto un mes en el que terminamos especialmente cansados porque se combinan los eventos y responsabilidades del trabajo con la amorosa dedicación a amigos y familia. Tanta intensidad de vida social hace que nos alejemos del silencio y olvidemos hacer las pausas necesarias para preservar nuestra energía y darle calidad y sentido a cada día. En esta temporada se evidencian claramente nuestro exceso de vida exterior, nuestra dificultad para estar en silencio y nuestro miedo a la soledad. ¿No crees que, en estos tiempos que corren, nos caería muy bien un poco más de introspección? ¿Será que conversamos sobre cómo crear y disfrutar más momentos de ocio y recogimiento?
La vida exterior y la interior son inseparables....