Calladitos, como siempre. Mientras empresarios y científicos solicitaban una moratoria en la investigación con células germinales, los chinos aparecieron con un artículo diciendo que ya lo habían hecho.
No tuvieron éxito, pero lo intentaron. Y seguirán intentándolo, como lo intentan otros en Estados Unidos.
El cuento es así: gracias a una técnica desarrollada hace tres años, hoy es posible editar genes. Se puede remover del genoma un gen defectuoso u otro, para evitar que aparezca una enfermedad o para cambiar ciertas características.
Se ha trabajado con ratones. El chino fue el primer intento con embriones humanos, aunque se hizo con embriones que no eran viables. Pero no tardará el día en que se logre con unos que lo sean.
Se busca modificar los genes en células germinales, espermatozoide y óvulo, con lo cual la modificación será transmitida luego por ese ser a sus descendientes.
Sería para eliminar el riesgo de enfermedad, pero se abre la puerta para modificar las características del ser humano: color de ojos o de cabello (¿se imaginan todos monos?). Pero podría ser también la inteligencia u otro factor que marque diferencia a favor de algunos: Selección de raza.
Hace mucho se busca editar genes pero de personas adultas, para eliminar el riesgo de x o y enfermedad. Ese cambio no sería transmitido a otros. No se ha logrado, pero están cerca y será benéfico aunque seguro quedará para quienes lo puedan costear, así cree polémica con quienes piensan que el hombre no debe intervenir en su propia naturaleza.
Es la intervención en células germinales la que preocupa, tanto que se solicitó la moratoria en la investigación, respaldada por medios científicos influyentes como Nature.
Una moratoria en la que no todos concuerdan. Dicen que será inevitable (no todos los países prohiben esta clase de investigación) y la ven benéfica para evitar enfermedades. Mas ese no es el riesgo.
Tampoco se sabe qué sucederá durante esa edición de genes, si aparecerá otra alteración. Lo mismo se decía de los bebés probeta, argumentan los defensores, y nada pasó.
Muchos cuestionamientos éticos trae este avance que está a un pelito de ser realidad. Entre ellos, un asunto que asombra y asusta a la vez:
El ser humano deja de lado la evolución, proceso que ha dominado la vida durante 3.800 millones de años y entra en el aún incierto sendero de la autodeterminación mediante la manipulación genética.
¿Escabroso? ¿Promisorio?.