A Chocó solo lo miramos por tragedias, cualquiera sea su naturaleza, y hechos de violencia. Luego vuelve al olvido hasta que alguno de esos paros cívicos aislados trate de herir la conciencia nacional.
Hay unos que lo miran relamiéndose por la construcción de carreteras, puertos y canales para beneficio, una vez más, de los colombianos del interior, pues no es esa la forma como los chocoanos superarían la pobreza. Se volverían ‘esclavos’ de los nuevos amos que entrarían a conquistar puertos, despedazar selva, plantar toda clase de cultivos, apropiarse de playas y acabar su riqueza natural.
Hace tres años logramos detener, con unos informes periodísticos, una enorme tala selectiva que empresas canadienses comenzaban en las selvas de Bahía Solano....