Por Santiago González LondoñoUniversidad Católica Luis AmigóFacultad de Com. Social, 7° semestre @SantiagoGL23
Aplaudo fervorosamente el hecho de promover el deporte y la recreación en los niños. La diversión es, sin duda, una cura para el alma. Sin embargo, considero que formar infantes y jóvenes más críticos, e indiferentes, resulta ser una cura colectiva. Quizás, en un futuro, estas generaciones sean la cura contra la injusticia, la desigualdad y el individualismo en el que a veces estamos sumergidos.
Traigo a colación el hecho sucedido en San Antero, Córdoba. El alcalde de dichas tierras firmó un contrato por 65 millones de pesos, con el fin de enseñar a los jóvenes del pueblo a jugar yoyo. Por su parte, el concejal Francisco Bravo, reprochó...