El otro día caí por casualidad en uno de esos videos supuestamente inspiradores que circulan por Internet. Era una entrevista con una mujer anglosajona de unos 60 años. Sentada en un taburete, contaba cómo había tenido un amante más joven que no quería salir a la calle con ella porque no deseaba que lo vieran con alguien tan mayor. También hablaba de sus inseguridades físicas; de cómo algún otro imbécil le había dicho que tenía unas piernas feas; de lo poco agraciada que se había sentido toda su vida; de lo difícil que le había resultado aceptarse y comprender que una persona real no puede ser perfecta. Mientras contaba todo esto, se iba desnudando. Todo lo que decía resultaba conmovedor y ella era una persona adorable que parecía sincera. Hasta...