Una nueva mejor amiga de cuyo nombre no pienso acordarme, me felicita tardíamente por el día del hombre. Se deja venir con algunas banderillas:
“Lo digo sin sorna: Debe ser muy verraco ser hombre. La vida le cobra caro la comodidad de orinar parado, no esperar con angustia la llegada de ‘aquella’ y desconocer la preñez.
Claro que las cosas están cambiando y muchos de tus congéneres matarían por poder usar un protector de panty y un tampón con aplicador.
En las cajas registradoras de los grandes almacenes pueden verse hermosos muchachos con las cejas depiladas y turgentes labios excesivamente rosados. Esos pueden recibir regalos en el fenalquísimo día de la mujer.
El hombre serio, cumplidor de su palabra, respetuoso de las normas, inteligente y...