*Francisco Basterra
La visita a Washington, la misma semana, de los dos líderes europeos más importantes, Macron y Merkel, tiene un claro significado para Europa y para la relación transatlántica. Nos va mucho en la relación con EE.UU., a pesar de Trump.
Los presidentes pasan y las naciones continúan. Cuando contemplamos desde esta orilla el caos provocado por el presidente más imprevisible de la América contemporánea, podemos sucumbir a la tentación de creer que no se nos ha perdido nada en el país de Trump. Es un error.
En mundo cada vez más peligroso, donde deslumbra el modelo liberal autoritario de los dirigentes fuertes, Estados Unidos es necesario. No ya una nación indispensable, pero tampoco prescindible. A pesar de que vivimos una transición...