Cuando las Farc lanzaron un cilindro bomba que dio blanco en el único sitio donde la comunidad podía sentirse segura -la capilla de San Pablo Apóstol del municipio Bojayá, Chocó- se configuró la mayor demostración de irracionalidad en la historia del absurdo conflicto del país.
El pasado 2 de mayo se cumplieron 15 años de ese doloroso momento en el que ni Dios pudo proteger a sus fieles de la barbarie de la guerrilla y este año su conmemoración fue rara, pues se supone que estamos en una etapa de paz, en la que todo hacia delante pinta muy bonito, cosa que no fue así para aquellos que cayeron esa tarde de un jueves.
En diciembre de 2015, las Farc pidieron perdón por haber tirado ese cilindro. Nadie podrá comprobar si fue un acto de contrición...