El mes pasado cumplí 24 años de escribir regularmente dos columnas semanales, una para los principales diarios regionales y otra para El Tiempo de Bogotá. Por la necesidad de atender otro proyecto que requiere mi dedicación, he decidido suspender ese compromiso semanal. Esto no quita que pueda escribir ocasionalmente sobre temas que me interesan o me sugieran estos diarios que me han acogido durante tanto tiempo.
No he hecho un balance de esta experiencia porque no me queda duda de que ha sido grata y permanentemente desafiante. Me ha sorprendido sin embargo la soledad en la que transcurre esta actividad. Son muy pocos los comentarios buenos o malos que uno obtiene. Si creí alguna vez que podría tener algún impacto, muy pronto me di cuenta de...