El sistema de la detección de los infractores a las normas de tránsito mediante cámaras digitales y la consiguiente emisión de comparendos electrónicos, es un modelo implantado en naciones civilizadas para ayudar a formar, desde el punto de vista pedagógico, a los asociados y contribuir a ordenar el caótico tráfico viario de estas convulsas sociedades. En nuestra patria ese instrumento tiene asidero legal (artículos 129 Ley 769 de 2002, 22 Ley 1383 de 2010 y 86 Ley 1454 de 2011).
Sin embargo, nadie imaginó que tan interesante diseño se iba a convertir –en un país del tercer mundo como Colombia– en un Frankenstein que nadie puede controlar; en una fuente de arbitrariedades, injusticias, iniquidades y corrupción, como sucede desde que en 2010...