De acuerdo al artículo escrito por The Associated Press, para el New York Times del jueves 26 de marzo, en los Estados Unidos, a pesar de haber generado confianza en el público norteamericano, muchos quedaron inconformes con las nuevas reglas de seguridad y de control ambiental para el fracking.
Tanto legisladores conservadores como liberales tienen sus reparos a los nuevos requerimientos de carácter federal, los cuales empezarán a regir el próximo mes de junio. Los republicanos se quejan porque estas nuevas reglas retrasarán la perforación y operación de los pozos y se reducirán los ingresos al país, y los demócratas, porque las medidas fueron muy blandas, y no representan verdaderamente un cambio en los anteriores estándares o en control más seguro para la salud de la gente, ni mucho menos para la prevención de la contaminación de los recursos hídricos y naturales.
De acuerdo al New York Times, tanto representantes republicanos como demócratas quedaron inconformes con las nuevas reglas de la administración Obama para las compañías que perforan y producen petróleo y gas a partir de esta tecnología, como la obligatoria publicación de los químicos usados en el fracturamiento hidráulico de las rocas que almacenan los hidrocarburos.
¿Acaso no es una obligación de los ciudadanos conocer con qué tipo de químicos o qué tipo de intervenciones e impactos ambientales y sociales causará esta tecnología? Espero que en Colombia no nos suceda lo mismo. No debemos repetir esa historia. Es un derecho y una obligación conocer las fichas técnicas de todos los químicos que se inyectarán en los suelos y de sus medidas de seguridad.
Según las proyecciones del director de la Oficina para el Manejo de Tierras, Neil Kornze, para el presupuesto del año fiscal 2015, estas nuevas regulaciones incrementarán el costo por pozo para fracking en 11 mil dólares (sumándole más ceros a la cifra, que de por sí, en nuestro país, financieramente hablando, estos métodos ya son inviables por la crisis petrolera actual y por su costo).
Estos nuevos requerimientos en los Estados Unidos deberán ser también actualizados por parte del Anla y Minambiente de Colombia, porque aquí no tenemos la capacidad para el control ambiental y de riesgos generados por esta tecnología y porque nuestros requerimientos actuales fueron copiados de allá.
Las nuevas reglas van para la construcción de pozos y para la manera como se disponen y se tratan las aguas contaminadas una vez estas vuelven a la superficie después de haber fracturado la roca profunda.
Según The Associated Press, para el representante republicano, Doug Lamborn, estas nuevas reglas federales interfieren con la reglamentación ya diseñada en muchos estados, y afirma que el incremento de los costos de perforación y tratamiento debilitarán y desmotivarán a las empresas energéticas, y por lo tanto se reducirían los puestos de trabajo y se perderán los ingresos federales para el país por este concepto.
Pero para Raúl Grijalva, representante demócrata por el estado de Arizona, estas nuevas reglas del Gobierno son muy laxas, y es como pedirle a la industria automotriz que se asegure de que cada carro tenga timón y frenos. Estas reglas hacen absolutamente nada, dijo Grijalva, en su intervención en la Cámara de Representantes.
Y en Colombia, ¿cuándo tendremos estas discusiones a profundidad? ¿Para cuándo se están aplazando? Recordemos nuevamente que el fracking necesita grandes cantidades de agua que no existen en un determinado lugar y que se deberá por lo tanto transportar de otro. Necesita también grandes cantidades de arena y químicos especiales traídos de otros países para fracturar las rocas, así como el desarrollo de la infraestructura que no existe para su operación.
En el mundo entero las preocupaciones sobre sus consecuencias y riesgos se han multiplicado, especialmente por la contaminación de las aguas, su impacto en la salud humana, y por la posibilidad de activación de movimientos sísmicos o terremotos. ¿Es que acaso, eso no nos preocupa?.