Imán es un mineral que atrae el hierro, el acero y otros cuerpos. Y también jefe o modelo espiritual o religioso. Eso es Francisco para infinidad de personas, a quienes atrae con su magnetismo singular.
El imán tiene poderes numinosos, comenzando por causar admiración y simpatía en quienes disfrutan su cercanía, así sea solo a través de los medios de comunicación.
Lo que no consigue la razón, lo alcanza el carisma, esa fuerza sobrenatural que hace de quien lo detenta un bendecido del Creador, que alcanza aun los éxitos más inesperados.
Como el daimon de los griegos, el imán despierta en quien lo tiene un entusiasmo que no es de este mundo. Voz interior, talismán mágico que ilumina y fortalece, a la vez que crea mundos nuevos de bondad, comprensión...