No recuerda Colombia tamaña expectativa. Al menos la Colombia menor de 40 años que era imberbe y desgarbada cuando vino Juan Pablo II en 1986. Ni hablar del viaje de Pablo VI en el año supremo de la segunda mitad del siglo XX, 1968.
¿Recuerdo? Es un optimismo nombrarlo así, pues los sobrevivientes de los años sesenta están jubilados o con alzhéimer o se los llevó la guerra. Además hace medio siglo a muchos no les importaba ese ser enjuto de cara aguileña que echó a correr por los cinco continentes como ninguno de sus predecesores.
Era un momento arisco, un quiebre entre padres e hijos mechudos e insumisos. Los Beatles se ufanaban de ser más conocidos que Jesucristo. La guerra de Vietnam humeaba con la amenazadora victoria de David contra Goliat....