Han huido de su tierra, de la brutal guerra que se vive en Siria y han pasado de Turquía a la isla de Lesbos en Grecia, en una travesía peligrosísima, en la que cientos de sus compatriotas y quizás amigos (¡y muchos niños!) han perdido la vida. Desolados, desterrados, sin pertenencias, así se encuentran los refugiados en esta isla que el Papa Francisco visitó el pasado 16 de abril, siendo la única autoridad mundial que ha ido a verlos.
“Es el viaje más triste que he hecho”, confesó el Pontífice en una rueda de prensa durante su vuelo de regreso.
Los refugiados que el Papa ha llevado consigo a Roma para darles la oportunidad de que puedan emprender allí un nuevo camino. Hacen parte de las historias de miles de personas que han dejado forzosamente...