Qué jartera hablar de las rabietas de Uribe o de la bajada de calzones de Mockus. Mejor, si el lector me lo permite, hablar de una prenda como la corbata que, aunque usted no lo crea, tiene que ver con el país subcampeón del Mundial de Fútbol. Y lo hago antes de que las emociones mundialistas se diluyan en el olvido. Olvido que también se tragará tarde o temprano tanto los torpes desplantes del ya senil profesor que fue alcalde de Bogotá como las bravuconadas del senador expresidente, quien debería ya aceptar que algún día hay que renunciar a la gloria, al poder, a la vanidad.
Vamos, pues, a lo del fútbol y las corbatas. Mi selección favorita para la copa era el equipo de Croacia, que contra todos los pronóstico llegaba al partido final pero...