Duele el desastre ocurrido en la represa de Hidroituango. Por la emergencia que afrontan las comunidades aguas abajo y por el boquete presupuestal que empieza a abrírseles al Departamento de Antioquia y al Municipio de Medellín. Obras estratégicas como la recuperación del ferrocarril y otras de desarrollo social que venían para la ciudad quedan en el aire.
El último año EPM ha sufrido dos reveses tremendos: los atrasos en la Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) Aguas Claras, en Bello, y ahora este descalabro en el tramo final del proyecto más prometedor en el mercado de la energía: Hidroituango.
Le ha tocado bailar en dos eventos muy feos al gerente Jorge Londoño de la Cuesta, en especial porque está lidiando con herencias concebidas...