Necesariamente cuando hablamos de ecosistemas de innovación, palabras como interacción, interrelación, equilibrio y estímulos, son reiterativas en la teoría, pero también en la práctica. Lo digo porque la apuesta sistémica por la innovación en nuestra ciudad no depende únicamente del esfuerzo que haga Ruta N, Colciencias o Innpulsa, sino de una amplia gama de variables e instituciones que, muchas veces, parecieran ajenas a estas discusiones y sumidas en una lejanía en la que no deberían estar. Al revisar el “Global Innovation Índex” en su versión 2015, que mide 141 economías en 79 indicadores, vemos cómo las variables de entrada para producir innovación están muy identificadas y deben actuar de manera interdependiente. En un ecosistema innovador...
