Como seguramente encontrarán dificultades en el manejo de la cotidianidad, considero una obra de misericordia inaplazable prestarles pagana asesoría a los ahora alzados en almas de las Farc.
Para empezar, bienvenidos porque en adelante tendrán la libertad por cárcel. Además, nadie les podrá aplicar la sentencia del Corán: el que mata a una persona mata a toda la humanidad.
Si a media noche los despierta un zumbido raro, desesperante, sepan que no es el avión fantasma ni un kfir como el que asustó a “Timochenko” en Cartagena.
(Cuando el calarqueño, paisano del poeta Luis Vidales, se “desasustó”, celebró que el avión expresara “júbilo inmortal” por la paz en vez de descargar bombas. Hecha la pilatuna, el avión, muerto de la risa, sarcástico, desapareció....