El voto negativo de los griegos el 5 de julio a las propuestas hechas por los europeos para renegociar su deuda y así acceder a una mayor ayuda para salir de su crisis económica, demuestra una gran inmadurez política o un irrealismo impresionante sobre la realidad económica que enfrentan.
Vimos las inmensas manifestaciones el domingo en la noche una vez se conoció el resultado del referendo, ampliamente mayoritario en contra de la austeridad. Oímos los gritos de alegría, la celebración en las calles, los bailes, fogatas y canciones. Vivas a la libertad y a la autonomía. Fue esta la celebración de un pueblo “adolescente”, que se rebela contra sus deberes y responsabilidades, o el festejo de los que creen que con este voto podrán evadir la deuda...