Para todo en la vida hay dos caminos. Y luego está el término medio. Esto queda meridianamente claro en la fábula de la cigarra y la hormiga. Veamos. El cuento, atribuido precisamente al griego Esopo, narra las tribulaciones de una cigarra más perdida que un paraguas. En pleno verano, mientras la hormiga se deslomaba de sol a sol acaparando grano para el invierno, la cigarra de marras se pasaba el día de cháchara a la sombra. Una tarde, con el calor castigando de justicia, espetó la burlona cigarra al paso de la hormiga: “¿A dónde vas con tanto peso amiga? Con este bonito y caluroso día que hace se está mejor aquí en la sombra cantando y jugando”.
Pero hete aquí que llegó el crudo invierno y la cigarra, sin nada que llevarse a la boca, fue a...